lunes, 14 de diciembre de 2015

”El Templo”, la segunda casa de ellos”

Para los muchachos del tejo este lugar ya es casi simbólico. Esta cancha fue testigo de innumerables de partidos, calenturas y risas entre amigos. El templo, como lo llaman ellos, los llevo a conocer gente nueva y establecer nuevas amistades.

Este espacio deportivo albergo ya muchos partidos y vivencias a lo largo de los años. Pero es importante saber sus orígenes e inicios. Daniel, que es uno de los miembros más antiguos del grupo, cuenta que la cancha surgió a fines de 2010 cuando la Municipalidad de La Plata, en un proyecto de refaccionar la plaza, construyo dos canchas de tejo en este espacio verde. Este vecino nos relata que la gente de La Municipalidad tardo en construir la canchas varias semanas.
Un día de semana por la tarde ellos estaban sentados jugando a las cartas y hablando entre amigos. Entonces vieron que había gente de La Municipalidad y curiosidad los lamo. Le fueron a preguntar que estaban haciendo. “Nos comentaron que estaban haciendo un espacio donde se pueda practicar al tejo” afirma Daniel. A los vecinos la idea les pareció perfecta porque era un lugar perfecto de recreación y para pasar momentos agradables por las tardes. “Habían vecinos que ya habían jugado el tejo anteriormente como en sus vacaciones y a otros les llamo rápida la atención este juego ya que es fácil de jugar y de entender”, recuerda alegremente Cacho.
La Municipalidad les brindo a los muchachos  las dos canchas con la arena correspondiente, una mesa con dos bancos, otro banco entre medio de las canchas, una canilla y el sagrado baúl, donde guardan las cosas que usan para jugar. Como por ejemplo los tejos y meditejo.
Primero marcaron el lugar donde la iban a construir y delimitaron las canchas de tejo que era un rectángulo. Luego le pusieron arena y alrededor de las canchas colocaron una línea metálica para marcar los límites de la canchas. Se instalo también una mesa con dos bancos al costado de la cancha. Por último se coloco una canilla al costado de la cancha  para regarla. Finalizado la construcción de las canchas. Los vecinos plantaron plantas y arbustos alrededor de todo el espacio, para darle un excelente aspecto al lugar
Daniel relata que a lo largo de estos años que llevo jugando al tejo en este lugar pasaron muchos jugadores. “Algunos dejaron de venir y a otros les dejo de interesar” sostiene. “En los primeros años éramos bastantes, en las tardes de verano recuerdo que asistían muchas personas y se armaban tremendos desafíos tanto individual como grupal”, expresa nostálgicamente.
En ocasiones cuando eran bastantes competidores se desarrollaban torneos caseros de eliminación directa.

Actualmente el grupo de jugadores que juegan regularmente es reducido a comparación de años anteriores. “Somos 9 los que jugamos de manera seguida”, puntualiza Daniel. Hay alguno que otro vecino que viene de vez en cuando. Esta bueno que los vecinos traigan a sus amigos, familiares como nietos o hijos. Para que más gente se sume al grupo.

























                            La cancha de tejo, mejor conocida como “El Templo”


El espacio cuanta con una mesa de piedra y dos bancos. Ahí los muchachos juegan a las cartas o bien charlan entre ellos. Es su punto de descanso y relajación afirma Daniel. “Siempre se arman partidos de truco o algún que otro juego de cartas”. También se ponen a contar anécdotas entre ellos.
En cuanto al “sagrado baúl” es una especie de caja larga de cemento. Acá se guardan todos los 
elementos que se utilizan para jugar al tejo. El baúl tiene un candando en el medio para asegurar las cosas. Sobre la tenencia de la llave se van turnando quién la va tener. Siempre la debe tener un integrante del grupo que venga la próxima vez que acordaron para jugar. 
























                                                     “El Sagrado baúl”

Cuando la noche cae y la oscuridad se hace presente, no es un problema para los muchachos, ya que, la cancha además cuenta con buena iluminación ya que la plaza cuenta con una excelente iluminación.
Con el tema del mantenimiento de la cancha Daniel nos cuenta que la cuidan mucho. Respecto a la reposición de los tejos y los materiales, en caso de que se pierdan o se rompan. Ellos juntan plata entre todos y los compran. Siempre colaboran todos para que todo este en condiciones.
 La cancha nunca sufrió daños graves. Solo algunos daños sobre los arbustos o escrituras sobre los bancos y mesa. “Este es nuestro espacio y lo tratamos de cuidar lo mas que podamos” cerro Daniel.




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